jueves, 16 de agosto de 2012

Buenos Aires, altiva y misteriosa.

Buenos Aires, con tus recovecos, tus luces y oscuridades, con tus paseos, caminitos y secretos.

¿Cómo no amarte, Buenos Aires, si me viste nacer y me has cobijado desde entonces?


Tan hermosa y tan desperdiciada...


Te camino, Ciudad Adolescente, a la espera de -tras alguna esquina- encontrarme con tu alma renovada, tus calles limpias y tus ganas de vivir..